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UBICACIÓN
El Hotel El Faro en Alghero está situado directamente delante del mar, en el centro de la bahía natural de Capo Caccia, a la que los romanos llamaron por su belleza: Bahía de las Ninfas. Está protegido del viento Mistral por el monte Timidone, y de los vientos de Gregal por el monte Doglia. Está orientado al suroeste y expuesto al sol desde por la mañana hasta el atardecer.
Inmerso en la maquia mediterránea e impregnado por el embriagador perfume del aloe, las pitas en flor, los lentiscos y las lozanas palmeras enanas que lo rodean, es el lugar perfecto para quienes deseen transcurrir momentos de auténtico relax y bienestar.
Algunos asocian Cerdeña solo a los flashes de los paparazzi, a los súper yates en el fondeadero y a los eventos mundanos de Costa Esmeralda.
Otras personas, en cambio, aún buscan la Cerdeña que fue en otro tiempo…
Cuando el mar imponía respeto, cuando el viento despeinaba planes y pensamientos; y las luces, los colores, marcaban las horas del día – y de la noche – en contacto directo con una naturaleza áspera, enormemente salvaje, pero siempre dulce y acogedora.
Esa Cerdeña aún existe, y silenciosamente, trabaja para ofrecer el máximo del confort en clave moderna.
Silenciosamente porque esta no es la Cerdeña de los grandes números, pero siempre ha estado ahí y quiere permanecer como un lugar exclusivo, lejos del fragor, de los ruidos y de la multitud.
El Hotel El Faro se construyó en los años 50, sobre un proyecto del arquitecto Antonio Simon Mossa, partidario del respeto de la arquitectura por la naturaleza; el “lápiz” a quien debemos la Scala del Cabirol – acceso a las cercanas Grutas de Neptuno – y la famosa Porto Cervo. Mossa concibió el edificio como un transatlántico, decorado con arcos y balcones de aire español, hundido en el fondo del mar con la popa incrustada entre las rocas: asomándose desde la terraza se vive la sensación de navegar, de viajar. La popa alberga también la gran piscina que amplifica ulteriormente el efecto de navegación. El Hotel El Faro ha sido siempre símbolo de la hospitalidad sarda y reclamo de muchos huéspedes ilustres como Anthony Queen, George Brown, Sting y el inolvidable Marcello Mastroianni; huéspedes a los que el Hotel ha sabido proteger, y muchos otros que aún hoy encuentran aquí una dimensión mágica, imposible de olvidar.